lunes, 12 de abril de 2010

Televisión Digital Terrestre... Qué es y para qué sirve?


En los últimos tiempos, se va escuchando con más asiduidad la idea de la TDT o televisión digital terrestre. Desde el año pasado con la adopción de la norma japonesa ISDVT (que nadie tuvo muy en claro de que se trataba) hasta hoy, con la TV digital en puerta, son muchos los interrogantes que se abren acerca de qué se trata, qué beneficios aporta, qué costo va a tener, etc. En miras de todo eso, la semana pasada tuve la oportunidad de asistir a las Jornadas de TV digital en Rosario. Más allá de las marcadas tendencias políticas, resultó interesante para poder ir entrando en tema y conociendo algo de lo que se viene en la televisión.

Para quien le interese, aquí van los audios de las charlas.

Introducción de Lic. Eduardo Seminara, Vicerrector de la UNR y Director de la Autoridad de Aplicación Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual .
Presentación del Sistema Argentino de Televisión Digital Terrestre por Lic. Osvaldo Nemirovsci: Presidente del Consejo de Implementación del Sistema Argentino de Televisión Digital Terrestre. (SATVD-T).

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La televisión movil, nuevo mercado y oportunidades por Ariel Barlaro: CEO de NexTV Latam (Consultora líder en TV digital, IPTV y TV móvil en Latinoamérica)

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Impacto socio cultural de la TV Digital por Dr. Roberto Igarza: Especialista en convergencia, multimedialidad y nuevos medios. Dr. Roberto Igarza: Especialista en convergencia, multimedialidad y nuevos medios.

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Tratando de sacar algunas cosas en limpio:

La TV digital parte de compresión de los contenidos que se transmiten, posibilitando de esta manera que se transmitan mas contenidos ocupando menos espacio de aire (espectro). De esta manera, a partir de cada canal analógico podrá dividirse en varios canales digitales.

Para poder comprimir esos contenidos, se sigue un determinado patrón o norma. Existen en el mundo 3 normas que estandarizan la digitalización de la TV: una estadounidense, que prioriza la alta definición, una europea, que pone el énfasis en la multiprogramación, y una japonesa que además de la multiprogramación aporta la posibilidad de la interactividad a través de un canal de retorno. En nuestro país se optó por la norma japonesa. Entre los motivos con que se justifican, argumentan la posibilidad de la interacción con la emisión, la posibilidad de acceso vía dispositivos de telefonía móvil, y la unidad geográfica dada la elección conjunta con varios países sudamericanos, lo que va a permitir una importación y exportación de productos audiovisuales. Sin embargo, la TV existente, que ya dio un paso a la digitalización (hablamos de la televisión satelital y la versión digital de la televisión por cable) lo hizo dentro de la norma europea.

Esta TDT contará en nuestro país (al menos en proyecto) inicialmente con 32 plantas transmisoras, ubicadas en diferentes localidades de todo el país. Se dice que para fin de este mes, canal 7 ya estará en condiciones de transmitir en digital, y en un par de meses más, las 31 plantas restantes. También se proyecta que para fin de año se sumen 100 o 200 plantas transmisoras más.

Eso en cuanto a infraestructura de transmisión. En cuanto a la recepción será necesario contar con unos dispositivos especiales, denominados “Set top box”. La función de estos aparatitos es básicamente la de “analogizar” la señal digital, de manera que los antiguos televisores puedan proyectarla. Estos aparatitos, vendrán con variadas funciones accesorias, y con ellas variara el precio de costo. Los habrá simples, que solo permitirán convertir la señal, habrá otros que contarán con una conexión que posibilite el canal de retorno (indispensable para la posibilidad de interactividad de la TV) e inclusive habrá los que cuenten con prestaciones de acceso a Internet a partir del mismo dispositivo.

Según el punto de vista de cada expositor, las ventajas pasaban por diferentes lugares. Por un lado, la ventaja pasa por la posibilidad de acceso en puntos donde la TV paga (cable o satélite) no llega o no es consumida. El número de usuarios que consumen solo TV de aire es de aproximadamente 4 millones de personas en nuestro país. Es aproximadamente un 40% de los hogares (sin descontar a quienes usan TV paga de manera clandestina e ilegal), cifra inferior a otros países, como Brasil, donde la penetración de la TV paga es del 10%. Es por eso, que es relativo al punto de vista el justificar el cambio. Para algunos es el gran objetivo el multiplicar los canales a esa franja de consumidores. Para otros esa franja no es lo suficientemente grande como para emprender el cambio.
La manera en la que se expandirán los canales parte de la compresión que mencionaba al principio. En el espacio de aire otorgado a cada señal de TV analógica, donde se emitía un solo canal, ahora podrán emitirse entre 4 y 6 canales. De cada uno de los 30 canales que existen actualmente en el espectro de transmisión, podrán obtenerse 2 canales en alta definición o entre 4 y 6 de calidad estándar más canales de datos. De esta manera, la TV de aire, hasta ahora solo canal 7, pasará a contar con 4 canales como mínimo, con posibilidad de expandirse a un par más. Se multiplica la cantidad de canales de aire, y también se multiplicará el espacio sobrante dentro del espectro, ya que al emplearse menos espacio en la transmisión de contenidos, podrá optarse tanto por habilitar nuevos canales, como también por destinar ese espectro para otras funciones: canales de retorno, canales especiales con contenidos para celulares, servicios extras (ya detallaré acerca de esto).

Por otro lado, con la posibilidad de acceder a los contenidos para celulares de manera gratuita y ubicua (es decir, con un celular capaz de recibir la señal, y ubicados dentro del alcance de la transmisión) abre todo un nuevo espacio para la producción y la cultura. Los contenidos para celulares generaran la necesidad de producciones específicas, teniendo en cuenta sus requerimientos de ritmo, duración, planos, etc. Sin embargo, en nuestro país todavía no hay disponibles para la venta celulares de estas características. La causa es meramente de mercado: a las compañías telefónicas les conviene que hablemos por teléfono, no que miremos TV en el celular, más allá del costo que paguemos por los equipos. Como nuestro país no es el pionero en esta tecnología, ni mucho menos, podemos tomar la experiencia de otros puntos del mundo. En Europa, se intentó solventar la TV digital en celulares por medio del pago de abonos, y transmitiendo por un espacio de espectro adicional. Para esto fue necesaria una mayor cantidad de terminales, y representaba una mayor inversión, por lo que la TV móvil no alcanzó un gran desarrollo. En Japón el caso fue otro. El modelo implementado para financiar la TV móvil fue mediante la diversificación de la publicidad. Si se tiene en cuenta los picos de consumo diferenciales en un TV en casa frente a un TV móvil, se evidencia que las franjas horarias de mayor recepción varían de uno a otro. El “prime time” en casa se da a la noche, alrededor de las 21 o 22 hs, cuando los usuarios retornan a sus hogares y pueden disponer de un tiempo libre para ubicarse frente a la pantalla. En cambio el consumo pico en los terminales móviles, se da en el horario del almuerzo, cuando se destina la pausa en las oficinas para el despeje, y los horarios en los que la gente se desplaza masivamente en el transporte público, alrededor de las 6 de la tarde, tiempo perdido que se puede aprovechar para esta clase de consumos. La estrategia japonesa consistió en vender publicidades específicas para esas franjas, duplicando de esa manera los ingresos por publicidad y transmitiendo con un modelo “inband”, dentro de la misma banda que se usaba en el modelo analógico. De los segmentos que se divide cada banda, uno se destina a la TV móvil, con menor definición pero sin necesidad de ampliar infraestructuras ni generar nuevas producciones.

Otro de los caballos de batalla, es la idea de la interactividad que se posibilita. En este punto vale aclarar un par de cosas. Si bien la tecnología posibilita muchos desarrollos, el que se va a poder usar en nuestro país, al menos en una instancia inicial no es precisamente el de mayor desarrollo. La interactividad en las casas va a ser limitada, en primer lugar porque no cualquier Set Top Box lo va a permitir, y en segundo lugar, porque aún con la mayor tecnología, el desarrollo alcanzado en cuanto a funciones y posibilidades es muy inferior al dado por la PC con Internet. Es por esto que la funcionalidad de esta interactividad va a funcionar cuando se hibride la TV con Internet banda ancha. O bien, en los dispositivos móviles que si cuentan con la conexión necesaria. En ellos existe de manera factible un mayor potencial. La interactividad que se postula puede ser de dos tipos: una local (interactividad con el aparato local, a través de la exploración de información que se descarga en el mismo) o remota (mediante el canal de retorno, en vínculo con el canal emisor). Al mismo tiempo, esos contenidos podrán ser relacionados o no con el contenido en pantalla. Estos últimos incluirán servicios públicos, información de interés para la comunidad, bolsas de trabajo, t-learning (educación vía TV), t-comerce (comercio vía tv), etc. Lo bueno de esta característica, más allá de sus limitaciones, es la posibilidad de dar acceso a información, de manera similar en algunos aspectos a Internet, a quienes no son asiduos usuarios, tanto por falta de acceso, como por desconocimiento del uso. Se afirma que puede servir para achicar la brecha digital, y acercar a una gran masa a la educación y al consumo. Por otro lado, se diferencia de Internet, por las características del contexto en que se consume: se ve a distancia, en conjunto, se trata de textos cortos, etc.

En miras de todo esto, conociendo las posibilidades que brinda la tecnología cabe plantearse qué es lo que haremos con ella. Es necesario tener en cuenta en contexto en el que se inserta, tanto en cuanto a infraestructura, pero también y principalmente, en cuanto a los espectadores a los que se dirige. Se trata de una nueva TV, que propone nuevas prácticas, pero que deben ser pensadas en función de lo que quién consume está buscando. De nada sirve una mayor calidad de imagen cuando el espectador no se sienta a mirar. Y principalmente, en esta carrera por disputar la mirada de el público, creo que la clave está en pensar que valor agregado se puede ofrecer, seducir desde la propuesta innovadora, no desde la competencia repetitiva, sino desde el brindar experiencias distintas (tanto el cine como la TV)y ofrecer soluciones a necesidades del usuario. El espectador ya no se limita a la TV, vive en mundos convergentes, donde busca lo que quiere y no se limita a una sola oferta. La publicidad pudo observar esto, y año tras año vuelca más y más de sus estrategias al “mundo online”, principalmente en redes y buscadores. La industria de contenidos reúne a todos y enfrenta a todos contra todos en la disputa por la atención escasa que el espectador está dispuesto a destinarle.

La interactividad es la apuesta de la TV en su lucha por intentar ganar esa disputa, y en teoría puede resultar una apuesta por demás interesante, ya que representaría un salto conceptual y de usos mediante de posibilitar la participación y la inducción en la acción que se está llevando a cabo en pantalla. Posibilidad que hoy en día se efectiviza mediante las redes y sitios online, revisados en los programas al tiempo en que se desarrollan. El salto tecnológico apunta a aunar esas dos instancias (el ver en TV y el comentar/influir mediante Internet) en un solo dispositivo.

Se está creando un piso, un punto de partida, habrá que ver qué hacemos con él...


PD: Perdón por la extensión...