domingo, 22 de agosto de 2010

El arte del video, la experiencia del cine

Domingo húmedo, en el marco del BAFICI Rosario, qué mejor opción que sucumbir a una de las mesas de debate propuestas? La de hoy, “Cine experimental y videoarte: una polémica creativa”, reunía a dos interesantes exponentes del cine independiente, especialmente vinculados a las proyecciones no narrativas: Gustavo Galuppo y Ernesto Baca.
Nunca fui muy adepta a esta clase de producciones, sobre todo porque las escasas proyecciones a las que asistí me habían resultado más bien, densas (con todo respeto a quienes valoran ese estilo). Es que esas son las posibilidades: uno hace una apuesta al asistir a una película/corto de cine experimental: puede ser lo mejor de tu vida o el garrón más denso que podrías imaginar. En fin, pese a mi original apatía, hace un tiempo di con un libro relacionado con el videoarte. Y debo reconocer que me atrapó.
De allí que, sumado ese interés a las condiciones del día, la tarde me encontró junto a Vane y Juanma en la sala de El Cairo, escuchando a estos dos exponentes del arte audiovisual. Trataré de no explayarme demasiado en el relato de lo sucedido, para eso les dejo el audio de la jornada, así pueden sacar sus propias conclusiones. Solo me detendré en algunas cuestiones que fugazmente quedaron anotadas en mi agenda (por lo que pueden carecer de especificidad o ajuste a la realidad, y ser permeados por mis propias apreciaciones personales).
En primer lugar la distinción entre cine experimental y video arte, que se resume en cuestiones meramente técnicas, por lo demás, totalmente aunados en cuanto a criterios y expectativas. Ambas líneas surgen como los hijos “no convencionales” productos de la historia del cine. Principalmente parten de una resistencia a la idea de que “el cine es una cosa que debe hacerse de un modo particular”. Esa misma resistencia que manifiestan los que apoyan las producciones de estética low-fi. Siempre se trata de algún modo de una resistencia al sistema, a los mecanismos tradicionales, que exigen parámetros para entrar en circuitos comerciales, replicando la misma lógica una y otra vez. En fin, el videoarte y el cine experimental se plantean dentro de esa manifestación “rebelde”. Galuppo se define particularmente como un “videasta”, dada su relación con los aparatos no cinematográficos, su trabajo con imágenes de baja resolución, edición digital, y manipulación de archivos de imágenes (tanto apropiadas del cine y de familiares, como registros propios de la cotidianeidad –es decir, sin puesta en escena – trabajados a la manera de registros ajenos) “Es una propuesta cinematográfica hecha con otros medios” sintetizó Galuppo, refiriéndose a la técnica y las limitaciones que lo llevaron a construir esa estética. Baca, por su parte, se manifiesta vinculado al cine experimental, y nos ubica históricamente en el surgimiento de la división: en las décadas del `80/`90 se dejan de fabricar filmadoras caseras del tipo super8 para pasar a distribuir cámaras de video, más accesibles económicamente hablando. A partir de ese quiebre, los artistas tomaron posturas encontradas frente al uso o no de las nuevas tecnologías, generando así el videoarte y el cine experimental. En pocas palabras: videoarte nuclea a los que emplearon aparatos digitales para el registro de sus tomas y cine experimental a los que permanecieron usando material fílmico para la captura de fotogramas.
Otra cuestión que me quedo resonando es la intencionalidad de plantear a la imagen marcadamente como una mirada particular. Ya no se la pretende (desde esa línea al menos) como la ventana al mundo, cuya transparencia pretende representar verosímilmente a aquello que retrata, sino que se la reconoce como una imagen de realidad propia, con una marcada presencia de la subjetividad del enunciador."Para qué queremos aparatos que nos muestren la realidad tal como es, si ya la conocemos" quedo flotando en el aire del Cairo. Este cine pretende desnaturalizar la imagen, y reafirmarse como una manifestación social.
Luego de un buen rato de charla, se abrió el juego para dar paso a las preguntas del público (como siempre, no se apiñaban para preguntar ni mucho menos), las cuales versaron sobre temas vinculados al propio hacer de cada línea. Sin embargo, particularmente una línea temática nos quedó “picando” y se refería a la difusión y acceso a sus materiales por parte del público por fuera de los festivales de cine independiente. La pregunta inicial apuntaba a donde es posible ver la obra de los autores, pasadas estas jornadas, especialmente apuntando a la Web. Y no, no existe material en la web, salvo alguno en una página dedicada a la difusión de cine independiente, mencionada al pasar, y un comentario de la pretensión de crear un espacio donde la gente pueda bajarse los contenidos por un módico precio de “aunque sea 10 pesos”. Más tarde la conversación se tornaría sobre la difusión y el espacio que se le da a estas producciones, y la crítica a la falta de espacio propiciado por los sitios locales a muestras específicas de este tipo, sobre todo en virtud de la falta de rédito económico que podría brindar. Y la necesaria asociación en nuestra mente revolucionaria, pro software libre, creative commons, y demás propuestas que horizontalicen y rompan los circuitos establecidos y permitan abrir el juego desde otras puntas, llevaría a pensar: por qué no subir todos los materiales a la web? Por qué no pensar en un acceso libre e irrestricto para todos, como una manera de generar el interés, ampliar el público seguidor, y pensar en estrategias redituables desde otro punto, como ser por ejemplo anuncios publicitarios en la web. Sin darnos cuenta, la lógica de ruptura y rebeldía, entra en un cuello de botella, al sucumbir en la contradicción de romper con todo, pero seguir pretendiendo obtener los beneficios que brinda aquel sistema que rechaza…
Más allá de las polémicas, la puerta queda abierta en varios flancos; tanto para pensar posturas sobre la distribución, como para explorar esta interesantísima línea del arte, así como también para empezar a crear y formar parte de él. Si, el arte experimental, creativo, no regulado, irreverente, rizomático, no lineal, hoy está a nuestro alcance más que nunca. De cualquier modo, ya habrá tiempo de hablar sobre eso.


El audio prometido (la calidad no es la mejor)



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